domingo, 12 de agosto de 2012

Marcala: "La senda de los narcos"


Mi tiempo en Texiguat toca a su fin. Han sido dos semanas inolvidables, en las que he vivido momentos muy emocionantes, visitado auténticas bellezas naturales y conocido verdaderos ejemplos de lucha y superación. Me llevo las ganas de volver y la sensación de poder hacer cosas muy bonitas allá en un futuro próximo.

Ahora es el turno de otra comunidad rural: Marcala. “La senda de los narcos”, llamada así cariñosamente por la gente de ACOES aquí. Y es que es un proyecto de autoabastecimiento increíble. Posee un gran huerto y terreno, donde se producen (o se empezarán a producir en breve) papas, frijoles, pepino, chile,  maíz, rábanos, cebollas, tomates, plátanos, calabacines, café y alguna cosilla más, todo de manera orgánica. Además de las 200 y pico gallinas ponedoras que abastecen a la casa con casi 200 huevos/día, muchos de los cuales se venden en el pueblo; y del proyecto que hay en marcha de poner unos conejos.

Allí, junto a los 23 chicos/as de la populorum (empezaron 50, pero la dureza de las circunstancias y de los estudios ha hecho menguar el número de residentes), me encontraría con Chipi y María, matrimonio español que lleva afincado en Honduras desde hace 2 meses, y que en esta ocasión se quedarán hasta Noviembre. (Este es su enésimo periplo después de haber estado en Honduras muchos meses en años anteriores)

El trabajo en este proyecto consiste, básicamente en ayudar en la casa. Y aunque pueda parecer simple, no lo es. Hay mucho que hacer, y que se puede hacer: dictados, clases de capacitación (mates, español, ingles,…), clases particulares a los chicos con dificultades, ayudar a hacer tarea, trabajar en el campo. Además, uno o dos días a la semana, se realiza el proyecto Maestro en Casa, que supone desplazarse a dos aldeas situadas a casi 3 horas de distancia (esta vez en coche) a impartir clases de secundaria a chicos que no tienen acceso a colegios.

Así fueron mis últimos días en Texiguat y mi experiencia en Marcala.

AVISO: Fotos próximamente.ACTUALIZADO



Sábado 4 y Domingo 5

Sábado sin mucho misterio. Para comer hubo sopa con un hueso de vaca, uno por cabeza. Hueso que despertó mis más primitivos instintos carnívoros (en el tiempo que llevo en Honduras sólo comí carne en una ocasión), y que dejé limpio tras roerlo como un perro.
Jack haciéndome la competencia con los huesos
El domingo, como buen católico-apostólico-romano, a misa a las 9. Misa que se acabaría alargando hasta la desesperación, debido a 2 bautismos.
Luego, fui invitado por los chicos de catequismo (para la confirmación), varios son de la populorum,  a una mini-excursión que hacían a una posa cercana en el río. Nos echamos una merendola a base de refresco, papas y galletas.



Después de comer, siesta truncada debido al ensayo de cantos para la misa de la noche.
Ensayo que acabaría, sincronizadamente, con la llegada del Padre Patricio. Puntualmente se desplaza a Texiguat a saludar a los chicos y charlar con ellos sobre cómo les va, tanto en temas de convivencia, como de estudios.
Llegó con él Daniel, un voluntario que estará los próximos 15 días por allá. Estuve comentándole y explicándole lo que yo había estado haciendo las 2 semanas que estuve por allí.
Aprovechando que el Padre se volvía esa misma tarde, me acoplé al coche, ahorrándome el madrugón para coger la guagua y el precio del billete. Eso sí, perdiendo en comodidad, pues hice el viaje en la parte de atrás de una pick-up con otros 4, por caminos de tierra, y con una cocina que ocupaba la mitad del espacio habitable.

Diversa fauna ribereña:



Lunes 6

Día de “asuntos propios” para desconectar un poco antes de emprender el próximo viaje.
Lavar la ropa, vagear, subir fotos al blog, skypear con la familia y preparar las cosas para las próximas 2 semanas, en las que espero visitar las comunidades de Marcala y Florida.
Por la noche llegó al populorum Patricio. Un funcionario español que se dedica a viajar por Centroamérica todos los veranos tomando fotos de sus gentes. Curioso hobby. Hay gente pa’tó.

Esto fue lo que me encontré a mi llegada a Tegucigalpa. Fotos mías con un "Te quiero". Cosas de Manu.


Martes 7         

Nuevo madrugón. Estas vacaciones me estoy levantando más temprano que durante el curso. A las 5.30 arriba para ir a la terminal de guaguas, de dónde saldría a las 7 dirección Marcala. Llegaría a las 10.30, y hasta las 11.30 estuve esperando que llegara algo o alguien a socorrerme. Lo que sucedió fue algo totalmente inesperado: apareció un chico de la populorum de Tegucigalpa que se regresaba, y me ayudó a tomar un taxi para que me llevara  la populorum de Marcala.
Durante el trayecto, hice muy buenas migas con el taxista Tomás, y acabaríamos intercambiándonos el Facebook, y dándome su móvil para que le llamase cuando me apeteciese visitar Marcala; él me haría de guía (y me quería enseñar la casa).

Llegué al populorum justo para la comida, y el posterior partidito de fútbol sustitutivo de la siesta. Sin embargo, la combinación “después de comer-calor-juego duro” pudo conmigo, y me tuve que retirar del terreno de juego antes de tiempo, para dedicarme a comentar el partido desde el graderío con otros chicos que allí se concentraban.



Luego, clases particulares de Mates a Dani, un chico de 1º de la ESO. Y a continuación, visita guiada por el corral de las gallinas. Corral que alberga, nada más y nada menos, que 200 gallinas de raza super-ponedora.
También dio tiempo para una partidita de ajedrez, además ante un interesado público que se amontonaba a nuestro alrededor. (No puede haber algo más aburrido en esta vida que contemplar una partida de ajedrez)

Por la noche, celebración del cumpleaños de Ángela con una suculenta tarta que hubo que partir en 39 trozos: compleja hazaña.
Y para finalizar el día, corrección de dictados. Estos tampoco pronuncian ni escriben las setas, no vayan a resultar venenosas.
Lo que más me llama la atención de este populorum es la disciplina y lo estricto de los horarios, que los chicos cumplen a rajatabla, así como la cantidad de horas (demasiadas para mi gusto) que dedican al día a “Estudio”.


Miércoles 8

Tras el desayuno (por cierto, exótico: plátano frito con mantequilla y tortitas), me comentan que daré Dictado a los chicos. Me ponen con los avanzados (la primera división que llaman), debido a la dificultad añadida que les resultará mi seseo (sobre lo cual les advierto antes de empezar). Tengo 5 minutos para encontrar un texto, y tras una rápida búsqueda en la biblioteca me decanto por “Los Vikingos”, de “Érase una vez el hombre”. Se me ocurrió preguntar si alguien sabía algo sobre ellos, maldito momento. La respuesta que obtuve fue: “Los primeros que llegaron a América.” Hice como que no escuché nada.
Luego, 2 horitas a trabajar el campo. Rememorando momentos de mi voluntariado en Canadá (WWOOF.org), pasé el rato con algunos chicos haciendo surcos y arando la tierra para sembrar unas papas.


Ducha fría y clases particulares. La materia me pilló por sorpresa. Eran Matemáticas, pero enfocadas a contabilidad, nunca antes lo había visto por lo que me quedé en pesca un buen rato. Pero peleándonos con los ejercicios acabamos por solucionarlos.
Por la tarde, aprovechando que los chicos del populorum están en época de exámenes y no necesitan mucha ayuda con la tarea, Vanessa, Elena, Ana, Ángela y yo, nos fuimos a Marcala, ya que Horlyn (ingeniero agrónomo de la populorum, encargado de todo el tema del huerto& gallinas) tenía que ir para realizar unas gestiones.
Enésimo jalón que agarro en Honduras, esta vez nos llevó el vecino, que nos dejó en el mismo “town center”. Allí aprovechamos para tomar un café (primera denominación de origen de Honduras), echar unos billares (juegan con reglas distintas), pasear por el pueblo y comprar fruta en el mercado (también 6 sandías para la cena del populorum). También compré frijoles con la intención de plantarlos cuando regrese. ¡Salen buenísimos!
Ya de vuelta, sacamos una baraja de cartas y pasamos el rato enseñando a los chicos algunos juegos que les resultaron muy divertidos. Por aquí no acostumbran demasiado al ocio. Nuevamente, un grupo de chicos nos rodeaba sólo para mirar, sin atreverse, no sé por qué motivo, a jugar.
Y para cerrar la tarde-noche recreativa, unas partiditas al pin-pon, antes de dormir, en una excelente mesa de fabricación artesanal.


Jueves 9

Hoy las chicas regresaron a Tegucigalpa, de dónde saldrán a la Ceiba y las Islas de Bahía a hacer algo de turismo los próximos días. Nuevamente, me quedo sólo como voluntario español, eso sí, esta vez acompañado por Chipi y María.
Esta mañana, nuevamente dictado. Esta vez sobre la Guerra de los Cien Años. Luego, cambiaría lanzas y espadas por picos y palas, para dedicarme a preparar la tierra, y después sembrar rábanos, que estarán para dentro de 3 semanitas.
Antes de comer: corrección de dictados y clases particulares de inglés a una chica que cursa 1º ESO.
Después de comer: visitar a las gallinas, darlas de comer, cambiarles el agua y recoger huevos. Dicha tarea, aunque pueda resultar sencilla al lector, atesora una complejidad alta, y necesita de una elevada técnica. Pues no es fácil hacer todo esto mientras 200 gallinas locas y hambrientas se abalanzan sobre tus piernas dispuestas a hacerte la depilación a base de picotazos.
Gallinas histéricas
Tarde tranquila en compañía de los chicos, y noche de debate en la que Chipi, Horlyn y yo nos quedaríamos platicando y filosofando un buen rato sobre política internacional. Y antes de dormir, otro rato interesante de cháchara con mis dos vecinos de cama. Vecinos, por cierto, contagiados de una gripe que avanza de cama en cama, y que ya me acecha peligrosamente.


Viernes 10

Horario de la populorum

Otra mañanita de dictado y posterior trabajo en el campo, ya me están saliendo llagas en las manos de obrero. Hoy preparamos un terreno para plantar frijolitos, está quedando un huerto de escándalo, dentro de unos meses será de revista.
Por la tarde, Heliodoro, coordinador de la populorum, me hizo una demostración en terreno de cómo plantar los frijoles, para cuando me regrese ponerlo en práctica. He quedado con él para ir mandándole fotos de mi plantación y me irá asesorando a distancia. Todo un lujo. Estoy también a la espera de conseguir café, potaste y otras movidas típicas de aquí.
El plan que tenía de visitar Marcala por la tarde se vio truncado por una fuerte lluvia que comenzó después de comer y no paró hasta tarde, por lo que tuve que pasar al plan b: siesta y echar una mano a algún chico que tenía tarea (son pocos, la mayoría está de exámenes).
Después de la cena, debate futbolístico y partidita al pinpon. Y antes de dormir, reunión para preparar la sesión de mañana de Maestro en Casa: iremos a una aldea lejana (como todas) a dar clases de Matemáticas y Español.
Ya para cerrar el día, anduve con Horlyn, el ingeniero agrónomo de la casa, de “negocios”. Me regaló bastantes semillas de distintas variedades de verduras y hortalizas, muchas propias de Honduras. Tengo la intención de plantarlas a mi regreso, consiguiendo una pequeña Honduras dentro de Gran Canaria.
Con Horlyn


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